PAPELES PARA QUEMAR

"Papeles para Quemar" es la respuesta lógica en alguien tan prolijo como yo a una realidad de las redes sociales en la que los caracteres se miden al milímetro, aquí puedo dejar escapar toda mi palabrería y mis inquietudes.
Las dos imágenes de los "Caprichos" de Goya que encabezan ambas columnas laterales identifican las intenciones de El que escribe en estas páginas, que están destinadas a arder por el paso del tiempo y por la crítica de quienes deseen participar.
Pues mi existencia se resume en el adagio machadiano: "Vivo en paz con los hombres y en guerra con mis entrañas".
Este es un espacio abierto a la reflexión, a la creatividad y a la crítica, sobre todo a la crítica, porque sin ella esta área de comunicación carece de sentido.
Vengo de una tradición que sublima la crítica a los lugares más importantes, suelo ser punzante y espero ser punzado, así cumpliré mi objetivo: aprender.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

SENTIR Y EL NIRVANA

La fuerza, el gemido, la rabia, el cansancio hasta la inacción, el bocado, el beso, la lucha, el abrazo, ... Sentir hasta la extenuación que es la sensación de sentir dolor por el placer.
Sentir para vivir, vivir por sentir.
Mas el nirvana fugaz es concebido como la suma carencia de sensación. Las místicas y los místicos, su vía unitiva, el sumo voyeurismo, la perfección nos lleva a la muerte.
La fuerza, el gemido, la rabia, el cansancio hasta la inacción, el bocado, el beso, la lucha, el abrazo, ... Sentir hasta la extenuación que es la sensación de sentir dolor y placer. Sentir, sentir para no morir.

http://elpais.com/elpais/2014/09/23/opinion/1411463572_095558.html

lunes, 22 de septiembre de 2014

Atrapados en la memoria consciente e inconsciente, el ser humano vive en el sueño de la certeza que la evolución le ha provisto como gran logro.
Pero existen seres que sienten que el pasado consciente o inconsciente pesa encima de nuestros hombros, seres quienes  buscamos con intrepidez esos lugares donde habita el olvido.
Allí el ser no es deber ser porque el ser está vacío, allí no existen los espejos.
https://www.youtube.com/watch?v=C5yJPoap14c


Una mijica de poesía o literatura al día:

Donde habite el olvido, 

En los vastos jardines sin aurora; 
Donde yo sólo sea 
Memoria de una piedra sepultada entre ortigas 
Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios. 

Donde mi nombre deje 
Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, 
Donde el deseo no exista. 

En esa gran región donde el amor, ángel terrible, 
No esconda como acero 
En mi pecho su ala, 
Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento. 

Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, 
Sometiendo a otra vida su vida, 
Sin más horizonte que otros ojos frente a frente. 

Donde penas y dichas no sean más que nombres, 
Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; 
Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, 
Disuelto en niebla, ausencia, 
Ausencia leve como carne de niño. 

Allá, allá lejos; 
Donde habite el olvido.

(Luis Cernuda)

domingo, 21 de septiembre de 2014


MODERNISMO SUBLIME.
 
L´ amour fou me estremece.


“Reíamos con alegre risa el uno en brazos del otro, juntas las bocas y echadas las cabezas sobre la misma almohada. Concha tenía la palidez delicada y enferma de una dolorosa, y era tan bella, así demacrada y consumida, que mis ojos, mis labios y mis manos hallaban todo su deleite en aquello mismo que me estremecía. Yo confieso que no recordaba haberla amado nunca en lo pasado, tan locamente como aquella noche.” (Ramón María del Valle –Inclán, 1902)."

sábado, 13 de septiembre de 2014

¿A DÓNDE IRÁN LOS TÍMIDOS?
Como cada mañana programó cada gesto, cada palabra, cada sonrisa y cada mirada. Se vistió como cualquier persona normal, pero se colocó su mascara de histrión para protegerse de sí mismo.
En el café el saludo habitual. En la panadería la torta de pan habitual y la mirada a la dependienta intensa, pero propia de alguien que no sabe decir las frases oportunas para ser un don Juan de barrio. Ella como cada mañana aparentaba que no se daba cuenta y mostraba su desdén habitual.
Amaneció, sonó el despertador, no había dormido bien. Buscó el buzón en el móvil. La ducha fue frugal, a la carrera buscó en el buzón del móvil. El periódico esa mañana con el café fue secundario, sonrió levemente cuando miró el buzón del móvil, escribió algo con un gesto de picardía infantil.
Fue a la panadería, compró la torta de pan habitual, apretando fuertemente el móvil para sentir la vibración al instante.
La dependienta buscó su rutina. El vacío llenó su corazón.
Un tímido empedernido había volado sin recibir la señal, la cita, la invitación que él era incapaz de pronunciar.
¿A dónde habrán ido sus miradas intensas?